miércoles, 5 de enero de 2011

4.100.000

Una cifra bonita. Que suena bien. Redonda. Cuatro millones cien mil. Si fuera el Gordo del Sorteo de Navidad, hay que reconocer que sería un número redondo. Cuatro millones cien mil; tres milloneees de euuroooooos. La pena es que este bonito, redondo, musical número no es el Gordo, ni esconde ningún premio. Detrás de esta maléfica cifra se esconden cientos de miles de dramas en forma de personas que, cada día, tienen que hacer frente a una dura jornada no de duro trabajo, sino de dura y, normalmente, infructuosa búsqueda de trabajo. Porque el paro es, sin duda, mucho peor que el peor de los trabajos.

Sin embargo, no nos engañemos. 4.100.000 parados no es una cifra real; no lo puede ser. Si así fuera, y teniendo en cuenta la población activa actual, la toma de la Bastilla sería un juego de niños en comparación con lo que se estaría viviendo en nuestras calles. España es un país con una profunda cultura de economía sumergida que permite la supervivencia a cientos de miles de familias que, eso sí, no dejan de engrosar las millonarias cifras del paro. La picaresca española, ya se sabe.
De lo contrario, la revolución estaría en las calles, sin importar la ideología, el color ni el partido de los que nos gobernaran. El hambre puede más que la política, y más en una situación como la actual, en la que la gente normal, de la calle, está cada vez más harta de una nueva clase social que parece vivir ajena a las penurias del resto de la sociedad: la clase política. Si la sociedad tiene que apretarse el cinturón, llámese en forma de jubilaciones a los 67 años o mayores dificultades para cobrar las merecidas pensiones tras toda una vida trabajando, entre otras, los políticos seguirán teniendo, de por vida, unos beneficios que, si tuvieran un mínimo de decencia política, social o moral, eliminarían de inmediato. Pero claro, eso no va a suceder.
¿Quien se va a atrever a quitar un beneficio del que él mismo y todos los que le rodean se van a beneficiar dentro de unos años? Hoy estoy en la oposición, pero cuando mañana esté en el Gobierno, ¿qúe? ¿Voy a ser yo el “listo” que renuncie a lo que los demás han estado haciendo durante todos estos años, y que encima los que me apoyan se me echen encima? Me callo la boca, a seguir desviando la atención con los controladores, la jubilación a los 67 años u otra cosa que se nos ocurra, y todos tan contentos.
¿Resultado? 4.100.000 parados. Cuatro millones cien mil dramas que, por desgracia, van a ser más, muchos más, en los próximos meses. Porque los que están no saben cómo solucionar este problema, y los que vendrán, tampoco. Una pena que sonando tan bien, esta cifra tan redonda, tan musical, esconda tantos dramas. 4.100.000.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo, superPP. Enhorabuena por el blog... me has despertado el gusanillo asi que amenazo con iniciar yo uno...ya te contaré.

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  2. ¡Pues estupendo, Itxaso! Anímate y me cuentas, que aquí estaré, esperando. Y muchas gracias por tus ánimos. PP.

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